Les parecerá extraño que les muestre esto, pero la verdad es que es muy útil saberlo, ya que hay recetas que requieren que el jitomate o tomate esté sin piel, y aunque hay otras formas de quitársela ésta es muy sencilla.
Sólo hay que retirarles el pedículo, que es el círculo oscuro con el que se sostiene a la planta, utilizando un cuchillo de punta y con filo para quitárselo se debe de extraer en forma de cono como se muestra en la imagen, posteriormente hay que hacerle unos cortes sólo en la piel en el otro extremo en forma de cruz, esto es para que sea más fácil retirar la piel.
Posteriormente se ponen a cocer en agua y cuando la piel se comience a despegar los pueden retirar y con cuidado de no quemarse o si gustan pueden esperar a que se enfríen le van retirando la piel, prácticamente se viene sola. Y listo.. los pueden cocinar como más les agrade, pueden hacer una rica salsa sólo licuándolos con chile serrano, un trocito de cebolla y ajo, todo esto lo pueden poner a hervir junto con los jitomates y lo sazonan al momento de licuarlos y listo!! Una salsa básica y sencilla para cualquier guisado. Espero que les sea útil esta sencilla técnica.
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